enero 30, 2011

Las cosas han sucedido así y ya no podemos cambiarlas...

Sintió ganas de llorar. Miró a su alrededor, pestañeando con fuerza, tratando de evitar las lágrimas. En el cielo qué pendía sobre los campos, las nubes negras no dejaban sitio para el sol...
Y bailaron, y bailaron en el silencio de la noche de enero, sin preocuparse del mañana, sin preocuparse de nada que no fuera el próximo giro y la siguiente pirueta. Durante largo rato el tiempo se detuvo en la calle... y el baile lo fue todo. Durante largo rato lo único que se escuchó en la calle fue su risa y el sonido de sus pasos sobre el asfalto...


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